Ninguna de las dos opciones de la declaración anual de la Renta ofrece un sistema real, voluntario y verdaderamente laico para la aportación a fines sociales de interés general. Te damos 5 razones para que no las marques sin dejar de contribuir a las causas solidarias.

Imagen, vozpópuli
Pepo Jiménez, Vozpópuli, 17 de abril de 2019
La falacia del gasto
Si marcas cualquiera de las dos casillas no pagas más, simplemente el 0,7 de tu cuota íntegra (antes de deducciones) se destina a la Iglesia o a fines sociales o a los dos (1,4). Por lo tanto, si no señalas ninguna de las casillas tampoco pagas menos, simplemente el Estado se encarga de distribuir ese 0,7 por ciento directamente desde los Presupuestos Generales.
Si no marcas ninguna de las casillas participas también del funcionamiento y la construcción solidaria del Estado.
Según el manual de la renta para este año los que no señalan ninguna de las dos casillas destinan también su 0,7% a “fines generales” sin asignación concreta. La matización es que no se conoce la lista de proyectos, acciones u organizaciones beneficiarias. Ese 0,7 por ciento se puede destinar a carreteras, Sanidad o Educación. Si no marcas ninguna de las casillas participas también del funcionamiento y la construcción solidaria del Estado.
La iglesia, la gran beneficiada
Por este mismo motivo, si marcas la casilla de la Iglesia, ese 0,7% se arranca de la hucha común de todos los contribuyentes, no solo de los que ponen la cruz. No hay más dinero, se usa el que hay para todos. Y fueron 250 millones de euros en 2016.
Es decir, se produce un redistribución del gasto que podría ser de interés común y mejorar la inversión pública (Sanidad, Educación, carreteras) hacia la Iglesia, priorizando el interés de unos pocos sobre el general y restando financiación a otras necesidades prioritarias.
El 0,7% de los que marcan la casilla de la Iglesia se arranca de la hucha común de todos los contribuyentes, no solo de los que ponen la cruz. No hay más dinero, se usa el que hay para todos
La financiación eclesiástica debería ser exclusiva de sus acólitos, aumentando la cuota en su IRPF y no restando de la hucha común de los presupuestos generales. Más en un Estado laico. Si el compromiso es realmente cristiano no habrá ninguna distinción de la partida actual porque todos los que apoyan a la iglesia pagarían gustosamente la cuota aumentada en su IRPF. ¿Verdad?
Pero el problema no es solo este, si marcas solo la casilla de ‘fines de interés social‘ para evitar la financiación de la Iglesia en un Estado laico, también participarás en la subvención de entidades religiosas adscritas a la lista de organizaciones beneficiadas por ese ‘interés social’. Concretamente 100 millones de los 280 recaudados para fines sociales irían a organizaciones afines a la Iglesia, según Europa Laica. Read the rest of this entry »