En 2010, el Faro de Vigo se hacía eco (La nueva ola de la liturgia laica), de que tres municipios, al menos, Oleiros, Marín y Guitiriz, habían dado en Galicia “un paso al frente en esta oferta del bautizo civil. En España suman unas pocas decenas, de pequeña entidad la mayoría, los que realizan celebraciones para dar la bienvenida ciudadana a los recién nacidos. El Ayuntamiento de Igualada, en Cataluña, abrió esta llave del gas laico, siguió el madrileño de Rivas Vaciamadrid, el de Borge en Málaga…
Lo que hacen es una sencilla ceremonia de imposición de nombre o Acogimiento Civil presidida por el Alcalde o un concejal, quien iniciará el acto con la lectura de los artículos 12 y 27 de la Convención de los Derechos del Niño de la ONU y el artículo 39 de la Constitución Española resaltando la importancia de la participación en la vida civil y la educación en los valores de la paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad. Los padres dirigen unas palabras y continuación éstos y dos testigos firman la Carta Municipal de Ciudadanía del niño y la Niña que llevará la firma del edil que presida el acto”