Y PONEN A LA IGLESIA ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
Fuente: Marina Valero, El Confidencial, 19 de julio
La sociedad civil exige a los obispos que devuelvan los inmuebles que registraron desde 1998 sin demostrar que eran suyos mientras la Iglesia teme quedar indefensa ante la ley
Semana de pasión para la Iglesia Católica. “Queremos poner fin a la amnistía inmobiliaria”, lanzan varios colectivos que esta semana han viajado al Parlamento Europeo con una petición: que la recién aprobada reforma de la ley hipotecaria -que establece que la Iglesia ya no podrá registrar como propios inmmuebles sin acreditarlo, las conocidas como inmatriculaciones- tenga efectos retroactivos. ¿Que implicaciones tendría? Que miles de fincas, pisos, mezquitas, catedrales, atrios, frontones, viñedos, solares y todo tipo de bienes inmuebles que la Iglesia ha puesto a su nombre sin demostrar que eran suyos desde 1998 volverían a estar como estaban antes. Todo un desafío.
De hecho, la Conferencia Episcopal no ha tardado en salir al paso de la reclamación dejando claro que cualquier movimiento con la vista puesta en el pasado supondría un daño mayor, en tanto afectaría a la seguridad jurídica del país. Su secretario general, José María Gil, lo deja claro: “Parecería extraño porque dejaría a cualquier institución indefensa ante la ley”. Gil está convencido de que una aplicación retroactiva significaría que los ciudadanos y las instituciones “estaríamos obligados a cumplir las leyes presentes y las leyes futuras, lo cual parece difícil”.