La historia de España bajo el régimen franquista está marcada por profundas heridas y silencios. Entre los capítulos menos explorados, y sin embargo de vital importancia para la memoria democrática, se encuentra la represión ejercida específicamente sobre las mujeres. Recientemente, se ha reavivado el debate sobre la necesidad de reconocer como víctimas de este periodo a aquellas mujeres que fueron internadas en el Patronato de Protección a la Mujer, una institución que operó con un férreo control moral y social durante décadas.

Fuentes Demócrata, Congreso Diario, 28 de noviembre de 2025
El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha asegurado en el Pleno del Congreso celebrado el miércoles 26, que el Gobierno estudiará la posibilidad de incluir como víctimas del franquismo a las mujeres encarceladas en el Patronato de Protección a la Mujer entre 1941 y 1985, condicionando este supuesto a lograr una mayoría parlamentaria en las Cortes.
«Estamos abiertos a todas las posibilidades de mejora de la Ley de Memoria Democrática. (…) Precisamos mayoría parlamentaria», ha respondido en el Pleno del Congreso a una pregunta formulada por la diputada de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) Etna Estrems, antes de insistir en su «compromiso» con las víctimas del Patronato.
Precisamente, ERC registró el martes 25[1], una proposición de ley para modificar la Ley de Memoria Democrática y lograr, de esa forma, el reconocimiento de las mujeres presas en el Patronato como víctimas del franquismo, coincidiendo con el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra el 25 de noviembre.
Torres ha reconocido que existe una «injusticia histórica» con los derechos de las mujeres, especialmente durante la dictadura franquista. «Basta comparar los derechos que tenían en la etapa franquista con los que perdieron durante las cuatro décadas del régimen totalitario», ha subrayado.
El ministro ha aludido al artículo 11 de la Ley de Memoria Democrática, que «dignifica» el papel de las mujeres y difunde «todas las represiones que sufrieron», además de recoger la «reparación» para con ellas, en hechos «absolutamente deleznables» como la persecución de la interrupción voluntaria del embarazo o el hecho de que el adulterio estuviera penado para ellas y no para los hombres.
Una represión «profundamente silenciosa»
A renglón seguido, Torres ha recordado que el Gobierno reconoció en octubre a una víctima de ese patronato, Eva García, quien fue alcaldesa de O Porriño (Pontevedra), como «la primera víctima en sufrir represión y maltrato por el mero hecho de ser homosexual».
Y ha lamentado que, en la actualidad, hay «negacionistas» que «exhiben vanagloria de la etapa franquista» y que «siguen en la calle reivindicando lo peor y lo más oscuro de la historia».
Por su parte, Estrems (ERC) ha considerado «ineludible» la modificación de la ley para que las mujeres sean reconocidas. «Muchas de ellas no pueden aportar registros que demuestren todo lo que sufrieron. La represión fue profundamente silenciosa. Muchos expedientes se perdieron, se ocultaron, nunca llegaron a existir. Los archivos están dispersos, en muchos casos fuera del Estado. Y no tienen juicios porque fueron encerradas por cualquier cosa, como por llevar ua falda demasiado corta o por tener ideas propias.
Además, ha recriminado a Torres que no haya acordado con ellas los pormenores del acto de reconocimiento para las víctimas del Patronato. «¿Esta es su idea de reparación democrática? ¿Seguir ejerciendo violencia institucional? ¿Se puede comprometer hoy aquí con estas mujeres que la están escuchando diciendo que esta legislatura será ley?», ha lanzado.
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La Deuda Histórica con las Mujeres del Franquismo
El anuncio del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática de estudiar la inclusión de estas mujeres en el marco de la Ley de Memoria Democrática representa un paso significativo. Esta iniciativa busca saldar una deuda pendiente con miles de ciudadanas que sufrieron un internamiento forzoso, a menudo por motivos considerados entonces como «desviaciones» de la moral o las costumbres, pero que hoy se entienden como ejercicio de libertad personal. Sin embargo, la materialización de este reconocimiento está supeditada a lograr un amplio consenso parlamentario, apuntaba Torres
El Patronato de Protección a la Mujer: Un Instrumento de Control Social
Establecido en 1941, el Patronato de Protección a la Mujer[2]no era una prisión en el sentido convencional, sino una red de centros destinados a la «reeducación» moral de jóvenes y mujeres adultas. Su objetivo principal era imponer los valores ultraconservadores del régimen franquista, castigando conductas que iban desde la «mala conducta» o la «sexualidad desviada» hasta la simple rebeldía. Mujeres solteras embarazadas, aquellas con «malas compañías», o incluso quienes vestían de forma «indecorosa», podían ser internadas, sufriendo en muchos casos abusos y privaciones de libertad bajo la justificación de proteger su moralidad y la del Estado.
La Lucha por el Reconocimiento: Obstáculos y Esperanzas
Uno de los mayores desafíos para el reconocimiento de estas víctimas es la ausencia de documentación formal que acredite sus padecimientos. A diferencia de los presos políticos o de guerra, muchas de estas mujeres fueron internadas sin juicios ni sentencias claras, bajo órdenes administrativas o religiosas. Los registros son escasos, fragmentados o inexistentes, lo que dificulta enormemente que las supervivientes o sus descendientes puedan aportar pruebas fehacientes. Este vacío documental añade una capa de injusticia a su sufrimiento, haciendo que su calvario permanezca, en gran medida, en la sombra.
La Reparación Integral: Más Allá de lo Legal
La eventual modificación de la ley para incluir a estas mujeres no solo tendría un impacto legal, sino que representaría un acto de reparación histórica y moral crucial. Se estima que decenas de miles de mujeres pasaron por estos centros a lo largo de las décadas, enfrentando un sistema diseñado para anular su autonomía y su identidad. El reconocimiento oficial permitiría visibilizar un tipo de violencia de género institucionalizada que marcó la vida de muchas generaciones y contribuirá a un entendimiento más completo de las consecuencias del régimen franquista. Este paso es fundamental para asegurar que las futuras generaciones comprendan la magnitud de la represión sufrida y que tales vulneraciones de derechos humanos no se repitan.
Hacia una Memoria Democrática Completa y Equitativa
El camino hacia una memoria democrática plena y equitativa exige no dejar a nadie atrás. La apertura del gobierno a esta posibilidad, aunque condicionada a la voluntad política, envía un mensaje potente sobre la necesidad de escuchar y atender las voces de todas las víctimas. Reconocer a las mujeres del Patronato no es solo un acto de justicia, sino una afirmación de los principios de dignidad y derechos humanos que deben prevalecer en cualquier sociedad democrática. Es un paso más hacia la construcción de un relato histórico inclusivo que honre la verdad y la memoria de quienes padecieron la oscuridad de la dictadura.
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Notas Asturias Laica
[1] ERC lleva al Congreso una ley para reconocer a las mujeres de Patronato como víctimas del franquismo, Europa Press
[2] En el blog de Asturias Laica: entradas sobre el Patronato de Protección a la Mujer, incluida la que hace referencia a Eva García de la Torre, citada por el ministro Ángel Víctor Torres, para quien en octubre de este año, -tres años después de su fallecimiento-, el Ministerio de Memoria Democrática expedía un documento oficial que la reconoce, por fin, como lo que fue: una víctima de la dictadura. La primera víctima oficial del Patronato de Protección a la Mujer:
La vida robada de Eva, primera víctima reconocida del Patronato de la Mujer tras 23 años de internamiento y trabajo esclavo

















