La Masonería sobre el librepensamiento en la mujer y Rosario de Acuña (1885). Por Eduardo Montagut

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Fragmento de la portada de Los Dominicales del Libre Pensamiento (28 de diciembre de 1884) en la que se incluye el saludo de su director, Ramón Chíes, a Rosario de Acuña, «Valiosísima adhesión», en respuesta a la carta enviada previamente por la escritora / Fuente foto
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Eduardo Montagut, El Obrero, 13 de junio de 2023

La extensa carta que Rosario de Acuña dirigió a la publicación que dirigía Ramón Chíes, Las Dominicales del Libre Pensamiento, publicada en el último número del año 1884, elogiando el trabajo que se realizaba en el semanario y constituyendo el punto de partida de la colaboración en dicho periódico de la destacada intelectual, librepensadora y masona que fue nuestra protagonista, causó entusiasmo entre lectores y lectoras, que enviaron cartas para elogiar el texto, y que se publicaron en la sección denominada “Adhesiones”.

Entre estas cartas hay que señalar el apoyo de distintas logias masónicas al texto de Rosario de Acuña porque abordaba la cuestión del librepensamiento en la mujer.

En el número del 8 de febrero de 1885 se publicó una carta de la Logia “Luz de Finisterre nº. 4, de Ferrol, del Gran Oriente de España, y que sería respondida por Rosario de Acuña en el número siguiente del 15 de febrero. Sabemos que aquella logia hacia el año 1890 contaba con nueve mujeres.

La carta de la logia gallega comenzaba manifestando el entusiasmo que le había producido a sus miembros la carta al director de Rosario de Acuña. Los masones de Ferrol se lamentaban de las dificultades para que avanzara el progreso y que protagonizaban los enemigos de la masonería, haciendo referencia al púlpito y el confesionario, es decir a la Iglesia, que era quien, a través de la mujer, introducía en los hogares la “idea enemiga”, robando la “dirección de las conciencias” de los hijos. Rosario de Acuña se había referido a esta cuestión en su carta, esto es, a la separación o divorcio que había entre los maridos y las mujeres en esta materia. Por eso ya era hora de que el librepensamiento comenzara a desarrollarse entre las mujeres. Esta idea, nacida en estos ámbitos del laicismo y el librepensamiento se adaptaría después a la tesis que dominó, en gran medida, entre el republicanismo y el socialismo españoles sobre el poder que ejercía la Iglesia en las conciencias de las mujeres como un factor muy difícil de combatir en la tarea de la modernización del país.

Por todo ello, parecía natural la felicitación de esta logia gallega porque a esta causa se sumaba una mujer, y eso parecía garantía de triunfo para la causa.

Y la logia aprovechaba para recordar que era el librepensamiento, que no era una doctrina sistemática ni era un credo cerrado, ni una secta ni una escuela, porque era mucho más. Era la afirmación de que el espíritu humano necesitaba para “volar hacia la verdad” romper con las ataduras dogmáticas que le habían tenido sujeto durante siglos de ignorancia. El librepensamiento era más que la libertad política, porque devolvía “sus alas al espíritu”.

El librepensamiento no era la negación de la religión, y no dividía a los hombres en ortodoxos y herejes porque el librepensamiento consideraba que la religión no era una doctrina sino un sentimiento, no era un “odio teológico” sino amor. Pero, aún así los librepensadores eran atacados y perseguidos con calumnias.

La logia se ponía al servicio de Rosario de Acuña para los momentos en los que arreciasen las críticas, y con ella toda la Masonería.

Por su parte, en el número del 1 de marzo se publicó la carta de agradecimiento a Rosario de Acuña de la Logia Amistad, nº 3, en los valles de Pedralva, que vendría a ser casi una copia resumida de la anterior carta.

Hubo posteriormente más felicitaciones de logias masónicas a Rosario de Acuña aunque ya más sobre el trabajo que había comenzado a desarrollar con sus artículos en el periódico, como la de la logia Amigos de la Naturaleza y de la Humanidad, nº 239 del Oriente de Gijón, del Gran Oriente de España, en el número del 12 de abril. En la misma se hacía un encendido elogio a Rosario de Acuña, y animaba a que para cambiar las cuestiones de la conciencia, y para que se abrieran los ojos a la luz de la razón, no cabía más que luchar, en la prensa, y los masones en sus templos.

Podemos consultar los dos siguientes trabajos:

Mª José LACALZADA DE MATEO, “La mitad femenina “para” la Masonería y “en” masonería (1868-1936). Balance y perspectivas, en IH, 23 (2003), y que podemos consultar en la red.

Pedro, ÁLVAREZ LÁZARO, Masonería y libre pensamiento en la España de la Restauración, Madrid, UPCM, 1985.

Ana María DÍAZ-MARCOS, “Misiones del racionalismo: Rosario de Acuña en la prensa librepensadora”, en Mujer y periodismo en el siglo XIX. Las pioneras (en la red).

Es evidente que como fuente hemos empleado los números citados de Las Dominicales del Libre Pensamiento.

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Sobre Rosario de Acuña resulta imprescindible el trabajo de Macrino Fernández recogido en su blog: Rosario de Acuña y Villanueva, en el que dedica un estudio a la relación de Rosario de Acuña y la masonería

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