Un informe municipal avala el reglamento sobre la laicidad del ayuntamiento gijonés

El análisis del impacto, que es preceptivo para la tramitación de proyectos normativos, fue elaborado el 17 de enero

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Fuentes: El Comercio (E. Paneque) / La Nueva España (R.Valle), 2 de febrero de 2023

El reglamento de laicidad sigue dando vueltas por la Casa Consistorial, insuflado de una nueva vida una vez que Ciudadanos y Podemos-Equo lo hayan metido como condición en la negociación presupuestaria. Los primeros para que el equipo de gobierno diga que no lo va a tramitar; los morados, para forzar su aprobación.

El caso es que, según pudo conocer EL COMERCIO, el 17 de enero se emitió el informe de impacto del proyecto normativo. Según se especifica, es uno de los tres que son necesarios. Faltaría el del servicio jurídico y el de la secretaria municipal. Fuentes socialistas aseguran que la FSA ya ha devuelto el reglamento -a donde se había remitido para una segunda lectura- y «ahora hemos pedido el informe jurídico».

Por lo pronto, el que ya está listo, y que es preceptivo en los proyectos normativos, da el visto bueno al reglamento de laicidad. En el detalle deja claro que la norma «no afecta a los presupuestos», «no tiene efectos significativos sobre la competencia», «no afecta a las cargas administrativas» y tiene un impacto «positivo» de género.

¿Qué se plantea en el Reglamento?

La propuesta persigue garantizar la libertad ideológica, religiosa y de culto de la ciudadanía y regular la separación entre el poder público municipal y las distintas confesiones religiosas y convicciones personales. En lo específico, el documento dice que «existe una relación directa y positiva entre igualdad y la libertad de conciencia basada en el sustento mutuo».

Reglamento que no ordenanza, lo que supone que no se generan ni obligaciones ni derechos para los ciudadanos. Y documento que se asienta sobre los principios de separación entre el poder público municipal y las distintas confesiones y de neutralidad del poder público municipal ante el hecho religioso. Especificados esos conceptos al actual borrador del reglamento lo que le quedan son media docena de artículos que estructuran el día a día de la laicidad municipal y de las relaciones del Ayuntamiento con las diferentes confesiones religiosas. Así se estipula la no realización de actos de culto religioso o veneración hacia imágenes o conceptos y la no participación de los miembros de la corporación(1)en «ceremonias, ritos o cualquier acto que forme parte de cualquier confesión religiosa».

¿Qué más se plantea en este borrador de reglamento? Pues que el Ayuntamiento como institución «no se encomendará a imágenes o rituales religiosos, advocaciones, votos públicos o figuras sagradas pertenecientes a religión alguna» y que todos los actos públicos serán «exclusivamente» seculares y sin connotaciones religiosas. No hay problema en invitar a ellos a autoridades religiosas en igualdad de condiciones con otras entidades de la ciudad. Y «sin discriminaciones ni privilegios de ningún tipo y atendiendo a la diversidad religiosa existente en el municipio».

En cuanto a la incidencia del reglamento en el uso de espacios y edificios municipales queda claro que no lucirán simbología religiosa pero respetando y manteniendo símbolos religiosos que por su valor histórico y artístico justifiquen su conservación y cuya retirada ocasionara un daño irreparable. La laicidad se promoverá, dice el documento en fase de borrador, en los centros educativos públicos.

Los actos religiosos no tendrán la consideración de oficiales y, por tanto, no formarán parte de la programación del Ayuntamiento ni el Ayuntamiento los publicará y el uso para esos actos de espacios públicos estará sujeto al proceso de concesión y los precios que afectarían a cualquier entidad o particular. Igual que como con otras entidades, vía convenio, se podrán establecer colaboraciones entre el Ayuntamiento y entidades religiosas siempre que esa colaboración «no tenga como objeto el proselitismos religioso o la promoción de entidades religiosas». La igualdad de trato con el resto de las entidades de todos los sectores llega también al pago de impuestos y tasas de competencia municipal, como se deja claro en una de las disposiciones transitorias del, por ahora, borrador.

Tramitación

A punto de acabar el mandato el borrador del reglamento sigue en proceso de tramitación -más lenta de lo esperado, y que ha llevado tanto a IU como a Asturias Laica a alzar la voz-, pero sin fecha para su aprobación inicial en Junta de Gobierno, como inicio del tránsito en comisión hacia el Pleno.

A pesar de un primer informe favorable va muy ajustado en su tramitación. Todavía está pendiente de que salga adelante el reglamento del consejo de Memoria Democrática, que ayer estuvo en comisión y se retocó en dos artículos. Le toca ahora ir a Junta de Gobierno -se espera que el martes- y volver a comisión. Los cálculos llevan a pensar que difícilmente llegará antes del pleno de marzo. Hasta que no estuviera aprobado no se pondrán con el de laicidad que, aunque corto en su extensión, tiene una polémica mayor. Negociación presupuestaria mediante y las exigencias que arranquen los partidos.

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(1) El reglamento no estipula que los miembros del Consistorio a título personal participen en «ceremonias, ritos o cualquier acto que forme parte de cualquier confesión religiosa», sí que esa participación se haga de manera institucional.

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