Artículo de José Luis Iglesias, presidente de Asturias Laica, (Actualización: publicado el 20 de mayo en Asturias24), sobre las recientes declaraciones del arzobispo de Oviedo acusando a la Consejera de Educación de acoso y derribo a la clase de religión.
Es la tercera vez que el ciudadano Jesús Sanz, al que sus fans dan el titulo de arzobispo de Asturias, arremete en público a través de los medios contra la Consejera de Educación. Haciendo uso del derecho a la libertad de expresión, que nadie le niega, defiende sus negocios, sus asuntos. Es de sentido común. La cuestión es la forma en que lo hace y además, como también es lógico, quien habla en la plaza pública, se expone a que en la pública plaza le contesten, pues la plaza es de todos y con ese mismo derecho a la libertad de expresión.
Y el caso es que el ciudadano Jesús Sanz, al que sus fans dan el titulo de arzobispo de Asturias, ya ha tenido contestación. El 4/7/2014 en un artículo mío publicado en este mismo medio, ya le dije que se equivocaba de ventanilla, que en todo caso debía dirigir sus reclamaciones a la ventanilla del Ministerio de Educación, donde gobiernan sus amigos y reclamar allí el atropello que a su juicio han causado a sus derechos, puesto que ellos, sus amigos, son los autores de la LOMCE y no la Consejera de Educación de Asturias. Posteriormente ha sido el Diputado por Asturias de IU Gaspar Llamazares quien le ha contestado, en un artículo publicado por la Nueva España el 30/04 quien le pide y le exige un respeto para la Enseñanza Laica en Asturias.
El ciudadano Jesús Sanz, al que sus fans dan el titulo de arzobispo de Asturias, que no parece tener la virtud ni de escuchar ni de leer, arremete en público a través de los medios, otra vez contra la Consejera de Educación, y con los mismos argumentos. Acusándola de manipular la Educación en Asturias para ponerla al servicio de su ideología, que en otra ocasión dijo explícitamente que era el laicismo, siendo esta la causa de los daños que padece la religión en los centros educativos.
Eso es lo malo de las religiones, de todas. Que como se consideran en posesión de la verdad, les resulta imposible comprender que haya ciudadanos y ciudadanas que en una sociedad plural y haciendo uso de sus libertades rechacen sus doctrinas y no las admitan como educación para sus hijos e hijas. Por eso, siempre consideran a otros como los causantes de sus problemas, en este caso la imparable caída de la matricula de religión en los centros educativos.
Resultando, según el ciudadano Jesús Sanz, al que sus fans dan el titulo de arzobispo de Asturias, que si los alumnos van a religión es que los padres han elegido libremente, pero si la rechazan es por culpa de la Consejera. Demasiado burdo. Demasiado pobre.
A todo esto, muchos ciudadanos y ciudadanas de Asturias nos preguntamos ¿tenemos en Asturias Presidente del Gobierno del Principado? O ¿está desaparecido? Dada la pertinaz insistencia del ciudadano Jesús Sanz, al que sus fans dan el titulo de arzobispo de Asturias, en arremeter una y otra vez contra la Consejera de Educación, ¿No debería el Sr. Javier Fernández, Presidente del Gobierno del Principado, bajar a la plaza pública y dar la cara por una Consejera que él nombró? La Sra. Consejera se limita en este terreno a aplicar la LOMCE dentro de la discrecionalidad que la misma ley le permite y dentro de sus competencias. Una ley que en su elaboración, la Consejera de Educación de Asturias, no tuvo responsabilidad alguna. Sin embargo tiene que soportar, y tiene su gracia, que ahora el ciudadano Jesús Sanz, al que sus fans dan el titulo de arzobispo de Asturias, le pida explicaciones.
La cuestión, no es si la Consejera sabe defenderse por ella misma o no. Esa no es la cuestión. El problema tiene más calado político. Porque en este caso el ciudadano Jesús Sanz, al que sus fans dan el titulo de arzobispo de Asturias, representante de una poderosa empresa de intereses privados, trata de presionar a través de la opinión pública, para que los servicios públicos educativos se pongan al servicio de intereses privados. Los suyos. Por tanto es una cuestión que rebasa incluso las competencias de la Consejera.
¿Y el Presidente, Javier Fernández, que dice?….. Nada. El presidente guarda silencio. Como si este asunto no fuera con él. Como si no hubiera sido él quien nombró a la Consejera. Como si no fuera él el que debiera defender los intereses públicos. Porque no lo dudemos los intereses que defiende el ciudadano Jesús Sanz, al que sus fans dan el titulo de arzobispo de Asturias, son unos intereses privados, él no es ninguna autoridad, es ni más ni menos que otro ciudadano defendiendo sus asuntos. Es el Presidente, el que debiera dar la cara, defender los intereses públicos de la educación en Asturias. Y decirle a los ciudadanos, porque a él de nada sirve y como don erre que erre ni lee, ni escucha, permítaseme la expresión, decirle que está “meando fuera del tiesto”.
La mayoría de los políticos del sistema rehúyen entablar polémicas con los jerarcas de la iglesia católica. No sé si es por miedo o porque en el fondo están de acuerdo con ellos. Pero hay situaciones, como esta en que el silencio, no es prudencia es algo mucho peor que no quiero nombrar para evitar todo parecido a una ofensa.
Hay situaciones en que dentro de las obligaciones del cargo está dar la cara, lo que vulgarmente se llama mojarse. Quizá ha perdido la confianza en la Consejera, y utiliza la conocida estrategia de esperar que escampe. No es propio de estas tierras arrugarse ante los problemas, encogerse y tolerar sin responder a quien pretende privilegios sin medida. Sobre todo cuando proceden de quien proceden.
El silencio del Presidente ofende. Y ofende más cuando las relaciones del Presidente con el ciudadano Jesús Sanz, al que sus fans dan el titulo de arzobispo de Asturias, no cesan año tras año de mostrarse de lo más cordiales, no faltando el día 8 de Setiembre a Covadonga, acudiendo las autoridades públicas de un Estado Aconfesional, según dice la Constitución, a rendirle pleitesía a este Sr.
Sí. Por su silencio y por estos actos. El Presidente nos ofende.