Fuente: nuevatribuna.es
Casi nada ocurre por casualidad, aunque tampoco nada es irremediable, y hoy, como ayer, la Educación laica, libre e integral de que hablaban Giner de los Ríos y Nicolás Salmerón, Pablo Iglesias y Jaime Vera, Antonio Machado y Bartolomé Cossío, Azaña y Amadeo Hurtado vuelve a ser la única tabla de salvación que nos queda, que le queda al Ser Humano.
Uno de los principales anhelos –quizá el primero- de los republicanos y socialistas españoles de los siglos XIX y XX fue conseguir elevar el nivel educativo del pueblo para que de ese modo fuese dueño y señor único de sus destinos. No hay ni un solo programa electoral de la izquierda española anterior a la guerra civil que no gire en torno a la urgencia de acabar con la ignorancia secular de los españoles, de ahí que cuando en 1931 las izquierdas republicanas llegaron al poder en medio de una crisis espantosa –no olvidemos que en 1929 se había producido la gran quiebra de la economía mundial- su primer objetivo fuese crear miles de escuelas en todos los puntos del país.