San Julián de los Prados: Antes del Pueblo, Ahora de la Iglesia

#inmatriculaciones #AntesDelPuebloAhoraDelVaticano

_________________

19 de julio de 2023

Continuando con la campaña de dar visibilidad al expolio de las inmatriculaciones, nos centramos en otra de las joyas del prerrománico asturiano, San Julián de los Prados, también conocida como Santullano.

Mandada edificar por Alfonso II el Casto entre los años 812 y 842, dentro de un conjunto suburbano que incluía también un palacio, termas y otras dependencias, al parecer sobre una antigua villa romana, es la iglesia de mayor tamaño que se conserva de todo el prerrománico español. Es también el único edificio que nos ha llegado en buen estado de conservación de los muchos que Alfonso II levantó en Oviedo, al trasladar a esta ciudad su capital. Fue declarada Monumento Nacional el 8 de junio de 1917 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998.

De las sucesivas restauraciones y el descubrimiento de sus pinturas murales da cuenta Lorenzo Arias Páramo en su «Guía del arte prerrománico asturiano»:

En el siglo XII (concretamente, 1165) se produce la primera intervención restauradora en la iglesia. La restauración afecta a la cubierta, en la que se reponen trece vigas débiles, y al pavimento original, el cual es destruido en su totalidad. Como constancia de esta intervención se conserva en la cubierta del transepto un tirante, el tercero por el lado sur, con una inscripción conmemorativa, cuya transcripción reproduce Selgas: «[…] qui me reposvit et me laboravit riquiescant in pace amen era MCCII [1165]».

En el siglo XVIII se produce la segunda intervención, en la que se cubren las naves transversal y central con bóvedas tabicadas y se pavimenta el suelo con losas, sustituyéndose el suelo original de opus signinum. Entre los años 1912 y 1915, don Fortunato de Selgas y el arquitecto Vicente Lampérez y Romea devuelven a la iglesia la primitiva configuración arquitectónica, y descubren, además, el amplio programa pictórico mural que decoraba sus paramentos interiores (1)

El hallazgo se realizó al levantarse los revocos de las pinturas posteriores. Fortunato de Selgas encomendaría al pintor Senén Álvarez que realizase unas reproducciones en acuarela de las mismas. Entre los años 1934 y 1940 se acometen nuevas restauraciones por parte del arquitecto Luis Menéndez Pidal. En 1970 se procede a una nueva restauración y consolidación de muros y revocos con motivo de las obras de cimentación de la autopista limítrofe, y entre los años 1972-1974 y 1979-1984 se procede a la restauración de las pinturas murales.

Sección longitudinal de Santullano hacia el norte según Senén Álvarez. Dibujo original en acuarela realizado en 1914 / Fuente, «San Julián de los Prados», Lorenzo Arias Páramo
___________________

(1) Fortunato de Selgas costea sus propios trabajos de restauración, con el asesoramiento del erudito Fermín Canella (desde 1898, vicepresidente de la Comisión de Monumentos de Oviedo), y con un gasto total de 75.000 pesetas de la época («San Julián de los Prados», Lorenzo Arias Páramo, 2018- PDF / pág. 35)

En 2022 la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo inició ensayos para que los técnicos puedan evaluar el comportamiento de diferentes materiales en los muros exteriores de la iglesia de Santullano, en Oviedo, con el objetivo es salvaguardar las pinturas del interior de San Julián de los Prados y resolver los problemas de humedades. Destinó para ello 43.064 euros.

Esta intervención se ha afrontado después de que el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) comunicara al Principado su compromiso para acometer la restauración de las pinturas murales de la iglesia de Santullano e indicara que entre las causas de su deterioro figura la falta de revestimiento exterior de los muros de mampostería. El IPCE considera que estos trabajos en el exterior son «necesarios» antes de la restauración de las pinturas interiores.

La iglesia de San Julián de los Prados fue INMATRICULADA en 1981 («Finca URBANA: Solar del antiguo cementerio, con una superficie aproximada de dos mil quinientos cincuenta y cinco metros cuadrados, dentro del cual se halla enclavada la Iglesia Parroquial de San Julián de los Prados, ocupando esta una superficie de cuatrocientos cincuenta y cinco metros cuadrados del total de la finca»)

Fuente imágenes: Pintar los cielos

La iglesia prerrománica de San Julián de los Prados, en Oviedo, contiene las pinturas murales mejor conservadas del siglo IX europeo.

Fuente: Pintar los cielos, Pablo Batalla

De lo que el siglo IX dio de sí en materia de pintura mural en Europa, sólo dos ejemplos quedan en pie que den suficiente testimonio. Uno es el convento benedictino de San Juan de Müstair, en el confín oriental de Suiza. Y el otro está en Asturias y es la iglesia ovetense de Santullano: un coqueto templo prerrománico advocado a San Julián de Antince —uno de los mártires de las persecuciones de Diocleciano—, diseñado por el arquitecto Tioda.

Las pinturas murales fueron descubiertas en 1913 por  Fortunato de Selgas al retirar de las paredes los estucados de cal que las encubrían. Pintados en tonos amarillos, rojos, verdes y azules, en los motivos geométricos, arquitectónicos, vegetales y figurativos de Santullano palpitan por igual la herencia romana y visigótica y las influencias de Aquisgrán y Constantinopla.

“El corpus de la pintura mural asturiana actualmente conservado representa la muestra pictórica altomedieval más importante de la Europa de los siglos IX y X”, en palabras del profesor de la Universidad de Oviedo Lorenzo Arias, autor de varios estudios y monografías sobre el arte prerrománico, entre otras, Prerrománico asturiano. El arte de la monarquía asturiana (Gijón, 1993, 1999) y La pintura mural en el Reino de Asturias en los siglos IX y X (Oviedo, 1999).

Tres son los tramos en que se divide el programa pictórico de Santullano: una distribución que será poco habitual en la Edad Media pero que sí lo había sido en el mundo bizantino y el clasicismo tardío […]

________________

No era extraña, con todo, aquella elección de un tramo triple. El número tres permea toda la Biblia: tres son las personas de la divinidad cristiana, tres son los atributos de Dios (omnisciente, omnipresente y omnipotente), tres son las habilidades humanas (obra, palabra y pensamiento), tres días tardó Jesús de Nazaret en resucitar, tres veces lo había negado Pedro y tres tramos son aquéllos en los que, según el Apocalipsis joaneo, se dividen los muros de la Jerusalén celestial: el primero, de jaspe; el segundo, de zafiro; el tercero, de calcedonia.

En Santullano el primer tramo pictórico, un zócalo a pie de piso, es el más austero y el peor conservado. Es más rico el segundo tramo: una zona central que, dispuesta inmediatamente encima del primer tramo, registra una extensa decoración de representaciones arquitectónicas que remedan castillos y palacios, y en las que el anónimo dibujante se esmeró en representar con primor capiteles corintios y cortinajes.

Y aún más excelso se muestra el tercer tramo de esta Capilla Sixtina astur, el más elevado: en él, además de hojas, árboles, guirnaldas y rosetones florales y otros homenajes al reino vegetal, destaca sobre todo una cuádruple representación de la Vera Cruz de Cristo, pintada en amarillo oro y con piedras preciosas y, seguro, con este pasaje del Apocalipsis como guía: «La ciudad no había menester de sol y de luna que la iluminasen, porque la gloria de Dios la iluminaba, y su lumbrera era el Cordero. A su luz caminarán las naciones y los reyes de la Tierra llevarán a ella su gloria». No está menos claro que los artistas santullaneos trabajaron también con este pasaje histórico en la cabeza: había sido en el cielo de Puente Milvio donde, en el año 312 y en el fragor de la batalla contra las tropas de Majencio, el emperador Constantino había visto la cruz que, con el mensaje «Εν Τούτῳ Νίκα» —«Con este signo vencerás»—, lo había convertido a la fe cristiana y lo había conducido a la victoria.

Edificio palaciego en el lienzo este de la nave transversal
___________

Hay dos ausencias llamativas en todo esto: la de la figura humana, prohibida en el arte musulmán pero no en el cristiano y que sin embargo los artistas de Santullano también rechazaron representar; y en general la de escenas cristianas o bíblicas en general más allá de las esquemáticas jerusalenes apocalípticas del tercer tramo y de la cruz, lo cual podría ser testimonio de una identificación del reino asturiano con la iconoclasia bizantina en la época en que se edificó Santullano (iglesias prerrománicas posteriores sí abandonarán esta aniconia)

____________

Notas:

-El texto completo acerca de las pinturas de Santullano puede leerse en la fuente original, Pintar los cielos

-Un estudio muy completo de la iglesia de San Julián de los Prados, tanto desde el punto de vista arquitectónico como de las pinturas murales de su interior, puede leerse en el texto citado (en PDF) de Lorenzo Arias Páramo, «San Julián de los Prados», 2018

-A iniciativa de La Nueva España  se ha realizado una recreación digital que permite admirar el aspecto original que tenían las pinturas en el siglo IX, Santullano: un viaje digital al siglo IX

Deja un comentario

Descubre más desde Asturias Laica

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo