“Los gobiernos son elegidos democráticamente y los arzobispos, creo que todavía no hay voto directo para su elección”, Ana González

El Arzobispo acusa a la Consejería de “acoso y derribo” de la asignatura, y Ana González  replica que a ella la eligen democráticamente y a Sanz Montes, no

El currículum LOMCE asturiano contempla una hora semanal para Primaria, -antes 90 minutos-, otra hora semanal en Secundaria y en Bachillerato mantiene una hora para Primero mientras desaparece en Segundo, lo que no le ha parecido nada bien al arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien en su carta semanal  del jueves 7 de mayo, “Preguntas con respuesta”, ha criticado la decisión de la Consejera de Educación:

…”No hay naarzobispoda más hermoso que poder suscitar en el corazón de los jóvenes el afecto por sus propias preguntas, esas que les embargan. No se trata de respuestas prestadas que no tienen que ver con ellos; menos aún respuestas intrusas con las que domesticar su libertad, acorralar su conciencia y achatar el horizonte al que cada día se asoman. Esto ya lo hacen otros, y desde muchos burladeros ideológicos que niegan derechos e imponen lo que nadie demanda (sucede con la clase de religión y el acoso y derribo desde la Consejería)”…

Las palabras del Arzobispo ponen en evidencia una vez más la intransigencia de quienes sí tratan de imponer a toda la ciudadanía su ideología, sin el menor respeto a la libertad de conciencia, y desde una situación absolutamente privilegiada, así como la falsedad de afirmaciones tales como “imponen lo que nadie demanda”. ¿A qué se refiere el señor arzobispo? ¿acaso a la continua bajada de elección de la “asignatura” de religión católica por parte del alumnado asturiano?

Como cabía esperar, la Consejera no tardó en salir al paso y en la rueda de prensa de presentación de la nueva temporada de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias,  se defendió de las críticas del Arzobispo:

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“No se trata de un ataque, es un planteamiento distinto”, puesto que la religión “no entra en las reválidas”.

“Si él tuviera que hacer el currículo y la propuesta horaria, seguro que sería muy distinta a la mía. Los gobiernos son elegidos democráticamente y los arzobispos, creo que todavía no hay voto directo para su elección”.

 “No soy una especie de diablo que reduce las horas de religión”, señalaba, a la vez que le recordaba que otras ocho comunidades hacían lo mismo y que el mismísimo Wert, en el currículum de Ceuta y Melilla, había reducido aún más el horario de la asignatura, dejándolo en 45 minutos semanales. “Seríamos nueve diablos, y el más diablo es Wert”.

 

 

Las afirmaciones y argumentos de la Consejera no sentaron nada bien ni a la Plataforma asturiana “Religión en la Escuela” que calificó de “lamentables” las palabras de la consejera, (“responder con mofa y mala educación a quien piensa diferente no es lo que se espera de la máxima responsable educativa”), ni a la CONCAPA, con declaraciones como las de su presidente, Luis Carbonel: “Hay personas que odian la libertad, y la consejera de Educación asturiana es de las que no le gusta. Suena inquisidor que alguien se oponga a esa libertad, con absoluto desprecio hacia las familias”.

¿Cómo poner fin a estas polémicas interesadas? Pregunta, en esta caso, retórica: Con el adoctrinamiento religioso en los “lugares de culto” y no en la Escuela.

[Fuentes: La Nueva España /  La Nueva España /  “Preguntas con respuesta”,  carta pastoral del 7 de mayo]

 

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