La factura que los obispos no logran cobrar

Esta última semana ha surgido la polémica en Asturias a propósito de la implantación de la LOMCE y las horas de Religión asignadas desde la Consejería de Educación.

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El Arzobispo de Oviedo, aún cuando en el Principado asignan 60 minutos semanales a la asignatura confesional, (pudiendo haber reducido a 45 minutos, mínimo que asigna Wert a las comunidades de su competencia, Ceuta y Melilla), escribe una pastoral , El poder de la piqueta en la que acusa al Gobierno del Principado de que “hay una lenta, pero firme labor de zapa con piqueta, que intenta reducir hasta la extinción, lo que supone la formación religiosa en el currículum escolar de nuestros alumnos” [….], además de señalar que  denunciamos que en nombre de la beligerancia laicista o del acomplejamiento laicista, se conculquen derecho sfundamentales de padres y alumnos, se incumplan acuerdos internacionales…

Las respuestas no se hicieron esperar, y no sólo desde Consejería.   José Luis Iglesias, presidente de Asturias Laica, escribía en Asturias 24 un artículo con el título que encabeza la entrada: La factura que los obispos no logran cobrar.

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José Luis Iglesias

Andan los obispos estos días de ventanilla en ventanilla intentando cobrar una factura que nadie les quiere pagar. Como acreedores impagados van tras los deudores, pero estos con sus habituales argucias se demoran, no contestan o los derivan a otro eslabón de la cadena pasando los días y los meses.

La factura se llama la enseñanza de la religión en el sistema educativo y la cantidad adeudada las horas para impartirla en los centros.

Los productos servidos ya hace tiempo fueron el desgaste al que contribuyeron del gobierno de Zapatero y la influencia en los votos para que el PP alcanzase la mayoría absoluta.

Al principio todo marchaba estupendamente. En cuanto el señor Rajoy entró en el gobierno no solo la iglesia no se vio afectada por los recortes sino que en el proyecto de la LOMCE la religión adquiría la importancia que ellos, los obispos, consideraban debía tener según los acuerdos con el estado Vaticano.

Después las cosas se torcieron. Fueron a ver a Rajoy y este los desvió al Ministerio de Educación. O sea al señor Wert y resultó que descubrieron que era un neoliberal de tomo y lomo y no un demócrata cristiano y que la religión no le importaba tanto como parecía. Además fue lo suficientemente hábil para no discutir con ellos y les dijo que esas cosas eran competencia de las comunidades autónomas.

Y así resulta que ahora los Monseñores andan intentando cobrar la factura en las diecisiete ventanillas de nuestras autonomías, cada una con su peculiaridad diferente en cuanto a la aplicación de los horarios de religión en los centros.

¡Qué políticos! ¡Quién lo iba a decir! ¡Les sirves y luego no te pagan! ¡Quién lo diría hacerle esto a la iglesia precisamente los de derechas!

Bueno el asunto más lacerante está ocurriendo en Asturias. Resulta que en la ventanilla de educación de esta comunidad autónoma no está el PP. Está el PSOE. La consejera de Educación, quizá por eso de que la virtud está en el punto medio, ni ha aplicado el mínimo horario ni tampoco el máximo que la ley permite.

Bien pues ya tiene la respuesta del ciudadano Jesús Sanz al que los miembros de la entidad privada de creyentes católicos llaman arzobispo de Asturias. Este señor arremete contra el laicismo como causante del impago. Quizá no sabe que los responsables de la LOMCE no somos los laicistas y que es el gobierno del PP y en concreto el ministerio de educación quienes son los verdaderos deudores de la factura. O al menos de haber transferido el pago a las comunidades autónomas y eso sin contar con ustedes. Tal parece que sus íntimos amigos les están tomado el pelo.

Después hace a la señora consejera también responsable de unas medidas insuficientes en el cumplimiento de lo que considera sus derechos en cuanto a las horas de religión y de quedarse a medias tintas echando un flis flis de laicismo en sus medidas.

Pobre consejera. Tiene que soportar las críticas del obispo porque no le pagan la factura ni presidencia ni el ministerio. Cuando ella no forma parte ni de uno ni de otra ni adquirió la mercancía. Pobre consejera que tiene que soportar lo que unos gobiernos de su propio partido, el PSOE ni quiso, ni supo hacer. Ahora que este partido está en una oposición en descenso rampante y sin credibilidad, promete que lo hará. Cuántos problemas nos habríamos ahorrado si los acuerdos con el Vaticano hubieran sido denunciados hace tiempo. No se hizo, y ahora la pobre consejera tiene que sobrellevarlo. Así es la política institucional en este país señora. Usted aceptó el cargo. Usted aceptó el cumplimiento de la ley. Y los acuerdos con el Vaticano tiene que cumplirlos le guste o no.

Nosotros por el contrario los denunciamos ante la opinión pública, los consideramos antidemocráticos, ilegítimos y atentatorios contra la libertad de conciencia. Pero desde luego los laicistas no somos la ventanilla donde los obispos tienen que cobrar esa factura impagada, vayan ustedes donde les corresponda.

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